Según se contempla en las últimas guías publicadas de la Sociedad Europea de Cardiología para la prevención de la enfermedad cardiovascular en la práctica clínica, la periodontitis se asocia con la aparición de disfunción endotelial, aterosclerosis y con un incremento del riesgo de infarto de miocardio e ictus.
La periodontitis se sitúa junto a otros trastornos de reconocido impacto negativo en la esfera cardiovascular (como la enfermedad renal crónica, la apnea del sueño o las enfermedades autoinmunes), siendo la primera vez que se incluye en estas guías la alusión a esta enfermedad como un factor de riesgo cardiovascular.
La presencia de periodontitis debe ser considerada como un factor de riesgo para desarrollar una enfermedad cardiovascular y, por lo tanto, se aconseja su prevención y tratamiento. Así se contempla en la versión 2012, recientemente publicada en el ‘European Heart Journal’, de las guías promovidas por la Sociedad Europea de Cardiología (European Society of Cardiology, ESC) para la prevención de la enfermedad cardiovascular en la práctica clínica.
Aunque ya se tenían numerosas evidencias científicas y clínicas sobre el impacto negativo que tiene la periodontitis en el ámbito cardiovascular y sobre el aumento de aparición de eventos cardiovasculares en personas con periodontitis, esta recomendación de la ESC supone un espaldarazo definitivo para la estrategia de prevención y manejo de las infecciones de las encías, con el objetivo de evitar consecuencias nefastas a nivel cardiovascular.
En concreto, en las guías se advierte expresamente que la periodontitis se asocia con la aparición de disfunción endotelial, aterosclerosis y con un incremento del riesgo de infarto de miocardio e ictus. De la misma forma, se reconoce que otros factores, como el bajo nivel socioeconómico y el hábito tabáquico, también pueden tener una importante influencia (y actuar como factores de confusión) en esta relación entre periodontitis y enfermedades cardiovasculares
Por todo ello, en las guías de la ESC se subraya que «la periodontitis puede ser considerada como un indicador de riesgo para alcanzar un bajo estatus de salud cardiovascular» y, por eso, se afirma que «su tratamiento está indicado de la misma forma que lo está el manejo de los otros factores de riesgo cardiovascular subyacentes».
Los pacientes con algún tipo de enfermedad en las encías tienen entre un 25 y un 50% más de riesgo de padecer un trastorno cardiovascular.
Hay una disminución de eventos ateroscleróticos después de realizarse un tratamiento periodontal.
El tratamiento de la periodontitis puede reducir los niveles de proteína C reactiva 3 al rango considerado de bajo riesgo cardiovascular.
El mecanismo parece ser un proceso generalizado de inflamación mediado por las bacterias causantes de la enf. periodontal.
Una de las consecuencias de esta infección a nivel local puede ser el inicio o desarrollo de inflamación general o sistémica, que puede acarrear distintas implicaciones para la salud del paciente, dependiendo de la parte del organismo sobre la que actúe.
Nuevos trabajos apoyan la hipótesis de que las bacterias adheridas a las superficies dentarias promueven el desarrollo de la lesión aterosclerótica y, con ello, elevan el riesgo de aparición de acontecimientos cardiovasculares. Incluso, se sabe que la inflamación general que pudiera inducir una infección periodontal, aparente-mente insignificante, puede jugar un papel determinante en el control del metabolismo en pacientes diabéticos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) en su última Asamblea Mundial ha preconizado la integración de las políticas preventivas y de promoción de salud entre la salud bucodental y la general. Ha instado a los estados miembros a incorporar la salud bucodental a las políticas sanitarias preventivas. La Unión Europea, por su parte, ha iniciado una reflexión global sobre el desarrollo de futuras políticas de promoción de salud de enfermedades crónicas, incluyendo en ellas las enfermedades bucodentales más comunes.
Ocho de cada diez españoles mayores de 35 años sufren problemas en sus encías, según la Encuesta Nacional de Salud. La periodontitis es una de las principales causas de la pérdida de dientes. Una excesiva exposición bacteriana en las encías puede elevar entre 1,7 y 3,3 veces el riesgo cardiovascular. Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en España.
Estudios recientes han demostrado que la infección periodontal está asociada y desempeña un papel coadyuvante en el desarrollo de graves enfermedades sistémicas entre las que destacan las enfermedades cardiovasculares, el parto prematuro y los recién nacidos de bajo peso.
Así en un estudio sobre salud oral y enfermedades cardiovasculares realizado en Estados Unidos con una muestra de 44.119 sujetos se puso de manifiesto una relación estadísticamente significativa entre la enfermedad periodontal y un riesgo aumentado de padecer arteriosclerosis,infarto de miocardio y accidentes vasculares cerebrales (ictus).
El principal mecanismo de acción se debe al efecto que las bacterias y sus endotoxinas producen sobre las reacciones inflamatorias, los procesos hemostáticos y las alteraciones en el metabolismo de los lípidos.
En la bolsa periodontal se encuentra a gran cantidad de bacterias gramnegativas que entran en contacto con el tejido subyacente y con los vasos sanguíneos periodontales. A partir de esta infección periodontal se produce una bacteriemia crónica subclínica a consecuencia de la cual se produce una liberación periódica de citoquinas como la CRP, la 1- antitripsina, la haptoglobina, el fibrinógeno, los tromboxanos, la IL-1,6,8,y el TNF, que también pasan a la circulación general.
Todos estos factores pueden iniciar la adhesión y agregación plaquetaria, promoviendo la formación de células espumosas y la acumulación de colesterol en la capa íntima arterial lo que favorece la arteriosclerosis y la trombosis, pudiéndose producir una enfermedad coronaria.
El daño que la periodontitis genera en el epitelio favorece el paso de bacterias hacia la circulación sanguínea,produciendo bacteriemias transitorias. Durante las bacteriemias se han encontrado más de 30 especies bacterianas, siendo predominantes los estreptococos“viridans”, responsables de patologías como fiebre reumática, valvulopatías y endocarditis bacteriana. Streptococcus sanguis es una bacteria comensal de la flora oral que pertenece al grupo de los estreptococos “viridans”, y que al penetrar en el torrente sanguíneo, se transforma en un potente agente trombogénico por tener capacidad de inducir adhesión y agregación plaquetaria a través de una reacción cruzada, simulando los sitios de unión del colágeno tipo I y III.
Porphyromona gingivalis es un periodontopatógeno gramnegativo anaerobio que posee fimbrias en su superficie que le permiten adherirse e invadir las células epiteliales y endoteliales, multiplicándose dentro de ellas, evadiendo la respuesta inmune y alterando su función normal.
En un estudio publicado en la revista Circulation en 2002, Li y cols., sobre P. gingivalis, comenta que los datos epidemiológicos sugieren que las infecciones dentales como la periodontitis pueden diseminarse por el sistema circulatorio y así participar en la progresión arteriosclerótica.
Del mismo modo, se ha observado que otros patógenos periodontales como A. actinomycetemcomitans se han implicado en procesos de endocarditis, posiblemente por su capacidad para adherirse a las válvulas cardíacas lesionadas.
Se han encontrado patógenos como P. gingivalis,Tannerella forsy-thensis y A. actinomycetemcomitans,relacionados con la enfermedad periodontal, en placas de ateroma y existen evidencias de que P. gingivalis se puede adherir e infectar células endoteliales con la consecuente activación y expresión de células de adhesión molecular.
Estos hallazgos estrechan la relación entre enfermedad periodontal y aterosclerosis, dado que la disfunción endotelial parece ser un hecho temprano en el desarrollo de la aterosclerosis y también predice la inestabilidad de la placa (de ateroma) y ponen de manifiesto la relación causal entre enfermedad periodontal y la aterosclerosis, además hay otros estudios que describen que individuos con altos niveles de colesterol y LDL (Low density lipoprotein) y cardiopatía isquémica presentan mayor profundidad en las bolsas periodontales que los pacientes control.
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